La integración política del ALBA
Hedelberto López Blanch
Rebelión
La organización regional se ha convertido en un valuarte para enfrentar los grandes desafíos políticos que enfrentan los pueblos Latinoamericanos constantemente amenazados por las ansias hegemónicas estadounidense
La Alternativa (ahora Alianza) Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) se ha convertido en solo cinco años en la vía económica, social y política más importante para la unión e integración de los países Latinoamericanos.
El ALBA surgió el 14 de diciembre de 2004 cuando los presidentes de Cuba, Fidel Castro Ruz y de Venezuela, Hugo Chávez Frías se reunieron en La Habana y firmaron los protocolos de su fundación como forma de integración y unión de América Latina y el Caribe basada en un modelo de desarrollo independiente con prioridad a la complementariedad económica regional, que permitiera la voluntad de promover el desarrollo de todos y fortaleciera la cooperación mediante el respeto mutuo y la solidaridad.
La Declaración conjunta de su constitución, firmada en esa fecha por Fidel y Chávez, se expresaba: “Coincidimos en que el ALBA propuesta por el Presidente Hugo Chávez Frías en ocasión a la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla de Margarita en Diciembre del 2001, traza los principios rectores de la verdadera integración latinoamericana y caribeña, basada en la justicia, y nos comprometemos a luchar conjuntamente para hacerla realidad”. Y agregaba: “Afirmamos que el principio cardinal que debe guiar al ALBA es la solidaridad más amplia entre los pueblos de América Latina y el Caribe, que se sustenta con el pensamiento de Bolívar, Martí, Sucre, O’Higgins, San Martín, Hidalgo, Petión, Morazán, Sandino, y tantos otros próceres, sin nacionalismos egoístas ni políticas nacionales objetivas que nieguen el objetivo de construir una Patria Grande en la América Latina , según lo soñaron los héroes de nuestras luchas emancipadoras”. La organización también surgió como una forma de contrarrestar las intenciones de Estados Unidos de crear el Área Libre de Comercio para la Américas (ALCA) que “es la expresión más acabada de los apetitos de dominación sobre la región y que, de entrar en vigor construiría la profundización del neoliberalismo y crearía niveles de dependencia y subordinación sin precedentes”.
Los jefes de Estado latinoamericanos se encargaron de derrotar el ALCA durante la IV Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata, Argentina en 2005, pero subsisten los peligrosos Tratados de Libre Comercio (TLC) bilaterales entre Washington y algunas naciones de la región.
Tras Venezuela y Cuba al proyecto de unión regional se integraron más tarde los gobiernos de Bolivia y Nicaragua con la llegada al poder de sus presidentes Evo Morales, en 2006 y Daniel Ortega, en 2007. En enero de 2008, la pequeña isla caribeña de Dominica se suscribió como quinto miembro permanente. Honduras (desde junio se encuentra bajo un gobierno de facto) se incorporó en agosto de ese año y en el 2009 lo hicieron San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbudas y Ecuador.
El ALBA, en sus pocos años de vida, ha demostrando que el libre comercio no es capaz de generar los cambios sociales requeridos, y que con voluntad económica soberana se pueden erradicar los peliagudos problemas que viven millones de seres humanos en América Latina.
El acuerdo involucra a nueve países, en América del Sur Venezuela, Bolivia y Ecuador; Centroamérica, Nicaragua y Honduras y el Caribe de habla castellana e inglesa, Cuba, Dominica, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda, con una población de alrededor de 74 millones de personas, una superficie global de 2.536.000 kilómetros cuadrados y un Producto Interno Bruto aproximado de 461 000 millones de dólares.
El 28 y 29 de abril de 2007 se efectuó en Barquisimeto, Venezuela, la V Cumbre del ALBA, que coincidió con el primer aniversario del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP). Sus integrantes e invitados de Haití, San Cristóbal y Nieves, y Uruguay, evaluaron el desarrollo de los programas y proyectos aprobados en el Primer Plan Estratégico del ALBA y la cooperación e integración desplegadas durante el año 2006. Estos países, que han sufrido las consecuencias de las políticas neoliberales en detrimento de las grandes mayorías, instauradas por Washington a través de organizaciones financieras poderosas como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), optaron por integraciones y alianzas que les permitan disminuir el hambre y la miseria a las que han sido sometidos.
En ese sentido, el ALBA trabaja por la integración regional donde la solidaridad y la colaboración impulsan la construcción de espacios económicos y productivos de nuevo tipo, que produzcan mayores beneficios a sus pueblos, mediante la utilización racional de los recursos y activos de estos países
Se han conformado las llamadas empresas Grannacionales en las áreas de educación, salud, energía, minería, comunicación, transporte, vivienda, vialidad, alimentación, y se promueve la ampliación del Tratado de Comercio de los Pueblos con intercambios justos y equilibrados.
Asimismo, se han puesto en ejecución planes para resolver la atención médica y la alimentación de sus habitantes, y eliminar con esfuerzos propios, el hambre y la miseria acumulada durante años por el saqueo y la explotación de los capitalistas extranjeros y nacionales.
La VI Cumbre del grupo efectuada en Caracas el 17 de enero de 2009, reconoció que “ante nosotros se abren nuevas perspectivas de integración y fusión que forman parte del salto cualitativo que están promoviendo los profundos vínculos de cooperación establecidos en estos años”.
La declaración final de esa V Cumbre señalaba: “estamos comprometidos a llevar adelante la construcción de espacios económicos y productivos de nuevo tipo, que produzcan mayores beneficios a nuestros pueblos, mediante la utilización racional de los recursos y activos de nuestros países, para lo cual se requiere avanzar en la conformación de empresas Grannacionales...en materias como educación, salud, energía, comunicación, transporte, vivienda, vialidad, alimentación, entre otros”.
Los gobiernos integrantes del ALBA comprendían que ante los años de políticas neoliberales y de libre comercio impuestas en la región por Estados Unidos y los organismos financieros internacionales y las constantes amenazas de desestabilización a que están expuestas esas nuevas políticas económicas desde Washington y las oligarquías nacionales, resulta indispensable obtener impulsos económicos y sociales profundos en beneficio de sus pueblos.
Fue en la VI Cumbre extraordinaria del ALBA-Tratado de Comercio de los Pueblos, efectuada en Maracay, estado Aragua, Venezuela el 24 de junio de 2009, que sus asistentes decidieron cambiar la palabra Alternativa por la de Alianza, “ en el entendido de que el crecimiento y fortalecimiento político del ALBA-TCP la constituye en una fuerza real y efectiva”.
Asimismo, se comenzó la institucionalización del grupo al crearse el Consejo Ministerial para los programas sociales, que estará conformado por representantes directos de los Jefes de Estado y de Gobierno, y un Consejo Ministerial de Complementación Económica el cual se reunirá mensualmente y concentrará sus trabajos en tres ámbitos principales: planificación económica, intercambios e inversión productiva y programas de cooperación.
También se constituyó un Grupo de Trabajo sobre el tema del Derecho Internacional, la autodeterminación, el respeto a la soberanía y a los derechos humanos, que será coordinado por Bolivia y presentará sus informes a la Comisión Política a través de la Secretaria Ejecutiva.
Otro instrumento fue la creación d el Consejo Ministerial de Mujeres con el fin de que se constituya en un espacio visibilizador y protagónico de las mujeres, para asegurar la transversalidad de género de todas las iniciativas e instrumentos de integración que emanen.
Se significó el fortalecimiento del ALBA-TCP y su consolidación como una alianza política, económica y social en defensa de la independencia, la soberanía, la autodeterminación y la identidad de los países que la integran y de los intereses y aspiraciones de los pueblos del Sur frente a los intentos de dominación política y económica.
En ese mismo sentido, se destacó la vital importancia del ALBA en la construcción de un mundo pluripolar, que reconozca la integración de valores sociales y humanistas heredados de nuestros pueblos originarios.
En Maracay se adoptó la ejecución del Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), que en el futuro se convertirá en moneda virtual y hasta física del grupo. También se fundó el Consejo Monetario Regional, una unidad de cuenta común, una cámara central de compensación y un Fondo de Reservas y Convergencia Comercial.
Dos meses antes, las posiciones políticas adoptadas durante l a Cumbre extraordinaria del ALBA efectuada en abril de 2009 en Cumaná, Venezuela, y las posiciones de soberanía económicas por las naciones latinoamericanas en la V Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, lograron desmitificar una especie de ALCA 2 que con algunos edulcorantes planteó la delegación estadounidense.
Con un día de antelación, la reunión del ALBA trazó las posiciones políticas y económicas que llevarían sus integrantes a la cita de las Américas, en la cual la gran ausente sería Cuba por las imposiciones de diferentes administraciones estadounidenses, las cuales han mantenido por 50 años un bloqueo total contra la Isla del Caribe.
En la reunión de Cumaná, se acordó unánimemente no firmar la declaración final de Puerto España. En una firme posición asumida por los participantes se planteó el apoyo total a Cuba en su lucha contra el bloqueo, decisión que, junto a otras naciones latinoamericanas, fue llevada a la Cumbre de las Américas y después a la subsiguiente Asamblea General de la OEA.
Esa organización regional engendrada por Estados Unidos, se vio obligada a derogar el obsoleto e ilegal mandato que expulsó a Cuba de la OEA en 1962, ante el empuje de la ALBA y la mayoría de los Jefes de Estado latinoamericanos. Este fue un ejemplo de las batallas que los países del ALBA pueden defender, liderar y ganar juntos.
Ante el alevoso golpe de Estado contra el presidente constitucional hondureño, Manuel Zelaya, los miembros del ALBA se reunieron en forma urgente y adoptaron una resolución de censura que señaló el camino a seguir en las reuniones de la OEA , UNASUR y la ONU que en primeras instancias condenaron la medida de fuerza en esa nación centroamericana. La reintegración del presidente legítimo Zelaya no se ha podido cumplir por el apoyo posterior que el imperialismo norteamericano dio al régimen de facto.
Numerosas resoluciones políticas fueron tomadas en la subsiguiente VII Cumbre del grupo celebrada en Cochabamba, Bolivia entre el 16 y 17 de octubre de 2009 en la cual el presidente venezolano Hugo Chávez manifestó: “En el ALBA se construye un camino alternativo, el socialismo. En ningún otro espacio de nuestro planeta hay un proceso tan dinámico y extraordinario como el ALBA”.
En la cita cochabambina se adoptaron 30 acuerdos que van desde impulsar en la ONU el Derecho Universal a la Madre Tierra y llevarla como posición conjunta a la reunión sobre el cambio climático en Copenhague, hasta estudiar la creación de un Tribunal Internacional de Justicia climática donde se puedan juzgar a naciones y empresas responsables por el deterioro del planeta.
Se aprobó el proyecto constitutivo del SUCRE como medio de intercambio justo entre sus miembros, y fundar la empresa comercializadora de exportación e importación ALBAEXIM, como mecanismo de complementariedad comercial.
Asimismo, se plantearon nuevas sanciones contra el régimen golpista en Honduras; la creación del Radio del Sur; la devolución de la base naval de Guantánamo a su legítimo dueño, Cuba; la eliminación del bloqueo económico que Estados Unidos mantiene contra la Isla.
Otro destacado punto fue establecer la definición de una Estrategia de Defensa Integral Popular Conjunta y la constitución de una Escuela de Dignidad y Soberanía de las Fuerzas Armadas en los países de ALBA-TCP.
El Comandante en Jefe Fidel Castro, principal gestor junto a Chávez de esta integración, en una reflexión de octubre de 2009 titulada el ALBA y Copenhague, destacó: “Un pequeño grupo de pueblos del área están empeñados en demostrar que un mundo mejor es posible. El ALBA, inspiradas en las ideas de Bolívar y Martí, como un ejemplo sin precedentes de solidaridad revolucionaria, ha demostrado cuánto puede hacerse en apenas cinco años de cooperación pacífica”.
Son muchas las triunfos alcanzados por el ALBA en estos cinco años de fundada y con esta nueva forma de lucha política, económica y social, el futuro le depara nuevas y resonantes victorias a favor del bienestar de nuestros pueblos.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Hedelberto López Blanch
Rebelión
La organización regional se ha convertido en un valuarte para enfrentar los grandes desafíos políticos que enfrentan los pueblos Latinoamericanos constantemente amenazados por las ansias hegemónicas estadounidense
La Alternativa (ahora Alianza) Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) se ha convertido en solo cinco años en la vía económica, social y política más importante para la unión e integración de los países Latinoamericanos.
El ALBA surgió el 14 de diciembre de 2004 cuando los presidentes de Cuba, Fidel Castro Ruz y de Venezuela, Hugo Chávez Frías se reunieron en La Habana y firmaron los protocolos de su fundación como forma de integración y unión de América Latina y el Caribe basada en un modelo de desarrollo independiente con prioridad a la complementariedad económica regional, que permitiera la voluntad de promover el desarrollo de todos y fortaleciera la cooperación mediante el respeto mutuo y la solidaridad.
La Declaración conjunta de su constitución, firmada en esa fecha por Fidel y Chávez, se expresaba: “Coincidimos en que el ALBA propuesta por el Presidente Hugo Chávez Frías en ocasión a la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla de Margarita en Diciembre del 2001, traza los principios rectores de la verdadera integración latinoamericana y caribeña, basada en la justicia, y nos comprometemos a luchar conjuntamente para hacerla realidad”. Y agregaba: “Afirmamos que el principio cardinal que debe guiar al ALBA es la solidaridad más amplia entre los pueblos de América Latina y el Caribe, que se sustenta con el pensamiento de Bolívar, Martí, Sucre, O’Higgins, San Martín, Hidalgo, Petión, Morazán, Sandino, y tantos otros próceres, sin nacionalismos egoístas ni políticas nacionales objetivas que nieguen el objetivo de construir una Patria Grande en la América Latina , según lo soñaron los héroes de nuestras luchas emancipadoras”. La organización también surgió como una forma de contrarrestar las intenciones de Estados Unidos de crear el Área Libre de Comercio para la Américas (ALCA) que “es la expresión más acabada de los apetitos de dominación sobre la región y que, de entrar en vigor construiría la profundización del neoliberalismo y crearía niveles de dependencia y subordinación sin precedentes”.
Los jefes de Estado latinoamericanos se encargaron de derrotar el ALCA durante la IV Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata, Argentina en 2005, pero subsisten los peligrosos Tratados de Libre Comercio (TLC) bilaterales entre Washington y algunas naciones de la región.
Tras Venezuela y Cuba al proyecto de unión regional se integraron más tarde los gobiernos de Bolivia y Nicaragua con la llegada al poder de sus presidentes Evo Morales, en 2006 y Daniel Ortega, en 2007. En enero de 2008, la pequeña isla caribeña de Dominica se suscribió como quinto miembro permanente. Honduras (desde junio se encuentra bajo un gobierno de facto) se incorporó en agosto de ese año y en el 2009 lo hicieron San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbudas y Ecuador.
El ALBA, en sus pocos años de vida, ha demostrando que el libre comercio no es capaz de generar los cambios sociales requeridos, y que con voluntad económica soberana se pueden erradicar los peliagudos problemas que viven millones de seres humanos en América Latina.
El acuerdo involucra a nueve países, en América del Sur Venezuela, Bolivia y Ecuador; Centroamérica, Nicaragua y Honduras y el Caribe de habla castellana e inglesa, Cuba, Dominica, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda, con una población de alrededor de 74 millones de personas, una superficie global de 2.536.000 kilómetros cuadrados y un Producto Interno Bruto aproximado de 461 000 millones de dólares.
El 28 y 29 de abril de 2007 se efectuó en Barquisimeto, Venezuela, la V Cumbre del ALBA, que coincidió con el primer aniversario del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP). Sus integrantes e invitados de Haití, San Cristóbal y Nieves, y Uruguay, evaluaron el desarrollo de los programas y proyectos aprobados en el Primer Plan Estratégico del ALBA y la cooperación e integración desplegadas durante el año 2006. Estos países, que han sufrido las consecuencias de las políticas neoliberales en detrimento de las grandes mayorías, instauradas por Washington a través de organizaciones financieras poderosas como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), optaron por integraciones y alianzas que les permitan disminuir el hambre y la miseria a las que han sido sometidos.
En ese sentido, el ALBA trabaja por la integración regional donde la solidaridad y la colaboración impulsan la construcción de espacios económicos y productivos de nuevo tipo, que produzcan mayores beneficios a sus pueblos, mediante la utilización racional de los recursos y activos de estos países
Se han conformado las llamadas empresas Grannacionales en las áreas de educación, salud, energía, minería, comunicación, transporte, vivienda, vialidad, alimentación, y se promueve la ampliación del Tratado de Comercio de los Pueblos con intercambios justos y equilibrados.
Asimismo, se han puesto en ejecución planes para resolver la atención médica y la alimentación de sus habitantes, y eliminar con esfuerzos propios, el hambre y la miseria acumulada durante años por el saqueo y la explotación de los capitalistas extranjeros y nacionales.
La VI Cumbre del grupo efectuada en Caracas el 17 de enero de 2009, reconoció que “ante nosotros se abren nuevas perspectivas de integración y fusión que forman parte del salto cualitativo que están promoviendo los profundos vínculos de cooperación establecidos en estos años”.
La declaración final de esa V Cumbre señalaba: “estamos comprometidos a llevar adelante la construcción de espacios económicos y productivos de nuevo tipo, que produzcan mayores beneficios a nuestros pueblos, mediante la utilización racional de los recursos y activos de nuestros países, para lo cual se requiere avanzar en la conformación de empresas Grannacionales...en materias como educación, salud, energía, comunicación, transporte, vivienda, vialidad, alimentación, entre otros”.
Los gobiernos integrantes del ALBA comprendían que ante los años de políticas neoliberales y de libre comercio impuestas en la región por Estados Unidos y los organismos financieros internacionales y las constantes amenazas de desestabilización a que están expuestas esas nuevas políticas económicas desde Washington y las oligarquías nacionales, resulta indispensable obtener impulsos económicos y sociales profundos en beneficio de sus pueblos.
Fue en la VI Cumbre extraordinaria del ALBA-Tratado de Comercio de los Pueblos, efectuada en Maracay, estado Aragua, Venezuela el 24 de junio de 2009, que sus asistentes decidieron cambiar la palabra Alternativa por la de Alianza, “ en el entendido de que el crecimiento y fortalecimiento político del ALBA-TCP la constituye en una fuerza real y efectiva”.
Asimismo, se comenzó la institucionalización del grupo al crearse el Consejo Ministerial para los programas sociales, que estará conformado por representantes directos de los Jefes de Estado y de Gobierno, y un Consejo Ministerial de Complementación Económica el cual se reunirá mensualmente y concentrará sus trabajos en tres ámbitos principales: planificación económica, intercambios e inversión productiva y programas de cooperación.
También se constituyó un Grupo de Trabajo sobre el tema del Derecho Internacional, la autodeterminación, el respeto a la soberanía y a los derechos humanos, que será coordinado por Bolivia y presentará sus informes a la Comisión Política a través de la Secretaria Ejecutiva.
Otro instrumento fue la creación d el Consejo Ministerial de Mujeres con el fin de que se constituya en un espacio visibilizador y protagónico de las mujeres, para asegurar la transversalidad de género de todas las iniciativas e instrumentos de integración que emanen.
Se significó el fortalecimiento del ALBA-TCP y su consolidación como una alianza política, económica y social en defensa de la independencia, la soberanía, la autodeterminación y la identidad de los países que la integran y de los intereses y aspiraciones de los pueblos del Sur frente a los intentos de dominación política y económica.
En ese mismo sentido, se destacó la vital importancia del ALBA en la construcción de un mundo pluripolar, que reconozca la integración de valores sociales y humanistas heredados de nuestros pueblos originarios.
En Maracay se adoptó la ejecución del Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), que en el futuro se convertirá en moneda virtual y hasta física del grupo. También se fundó el Consejo Monetario Regional, una unidad de cuenta común, una cámara central de compensación y un Fondo de Reservas y Convergencia Comercial.
Dos meses antes, las posiciones políticas adoptadas durante l a Cumbre extraordinaria del ALBA efectuada en abril de 2009 en Cumaná, Venezuela, y las posiciones de soberanía económicas por las naciones latinoamericanas en la V Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, lograron desmitificar una especie de ALCA 2 que con algunos edulcorantes planteó la delegación estadounidense.
Con un día de antelación, la reunión del ALBA trazó las posiciones políticas y económicas que llevarían sus integrantes a la cita de las Américas, en la cual la gran ausente sería Cuba por las imposiciones de diferentes administraciones estadounidenses, las cuales han mantenido por 50 años un bloqueo total contra la Isla del Caribe.
En la reunión de Cumaná, se acordó unánimemente no firmar la declaración final de Puerto España. En una firme posición asumida por los participantes se planteó el apoyo total a Cuba en su lucha contra el bloqueo, decisión que, junto a otras naciones latinoamericanas, fue llevada a la Cumbre de las Américas y después a la subsiguiente Asamblea General de la OEA.
Esa organización regional engendrada por Estados Unidos, se vio obligada a derogar el obsoleto e ilegal mandato que expulsó a Cuba de la OEA en 1962, ante el empuje de la ALBA y la mayoría de los Jefes de Estado latinoamericanos. Este fue un ejemplo de las batallas que los países del ALBA pueden defender, liderar y ganar juntos.
Ante el alevoso golpe de Estado contra el presidente constitucional hondureño, Manuel Zelaya, los miembros del ALBA se reunieron en forma urgente y adoptaron una resolución de censura que señaló el camino a seguir en las reuniones de la OEA , UNASUR y la ONU que en primeras instancias condenaron la medida de fuerza en esa nación centroamericana. La reintegración del presidente legítimo Zelaya no se ha podido cumplir por el apoyo posterior que el imperialismo norteamericano dio al régimen de facto.
Numerosas resoluciones políticas fueron tomadas en la subsiguiente VII Cumbre del grupo celebrada en Cochabamba, Bolivia entre el 16 y 17 de octubre de 2009 en la cual el presidente venezolano Hugo Chávez manifestó: “En el ALBA se construye un camino alternativo, el socialismo. En ningún otro espacio de nuestro planeta hay un proceso tan dinámico y extraordinario como el ALBA”.
En la cita cochabambina se adoptaron 30 acuerdos que van desde impulsar en la ONU el Derecho Universal a la Madre Tierra y llevarla como posición conjunta a la reunión sobre el cambio climático en Copenhague, hasta estudiar la creación de un Tribunal Internacional de Justicia climática donde se puedan juzgar a naciones y empresas responsables por el deterioro del planeta.
Se aprobó el proyecto constitutivo del SUCRE como medio de intercambio justo entre sus miembros, y fundar la empresa comercializadora de exportación e importación ALBAEXIM, como mecanismo de complementariedad comercial.
Asimismo, se plantearon nuevas sanciones contra el régimen golpista en Honduras; la creación del Radio del Sur; la devolución de la base naval de Guantánamo a su legítimo dueño, Cuba; la eliminación del bloqueo económico que Estados Unidos mantiene contra la Isla.
Otro destacado punto fue establecer la definición de una Estrategia de Defensa Integral Popular Conjunta y la constitución de una Escuela de Dignidad y Soberanía de las Fuerzas Armadas en los países de ALBA-TCP.
El Comandante en Jefe Fidel Castro, principal gestor junto a Chávez de esta integración, en una reflexión de octubre de 2009 titulada el ALBA y Copenhague, destacó: “Un pequeño grupo de pueblos del área están empeñados en demostrar que un mundo mejor es posible. El ALBA, inspiradas en las ideas de Bolívar y Martí, como un ejemplo sin precedentes de solidaridad revolucionaria, ha demostrado cuánto puede hacerse en apenas cinco años de cooperación pacífica”.
Son muchas las triunfos alcanzados por el ALBA en estos cinco años de fundada y con esta nueva forma de lucha política, económica y social, el futuro le depara nuevas y resonantes victorias a favor del bienestar de nuestros pueblos.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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