jueves, 12 de noviembre de 2009

¿Por qué votar nulo?







Para leer el artículo original
Andrés Figueroa Cornejo
Rebelión



En época electoral, todos los candidatos ofrecen… Los nuevos postulantes al Congreso, ofrecen lo que no pueden cumplir y los apitutados de siempre que se postulan a la segunda, tercera y cuarta reelección, prometen lo mismo y todo lo que no han hecho en el tiempo que han sido los representantes de sus electores.
En esta elección, votar por alguno de los candidatos en carrera es, una vez más, un premio a un grupo de malos políticos que, además de parientes, sólo administran el gobierno para beneficio del puñado de poderosos que controla el país. Es cuestión de leer o sufrir el Código del Trabajo (que sólo beneficia a los empresarios y al capital); y tomar nota del robo de las AFP’s, las Isapres, las farmacias y los bancos. Mejor ni mirar el sueldo mínimo y las jubilaciones.
Andres Figueroa, desde la página digital Rebelión, entrega algunas razones por que ahora es util votar Nulo como señal de protesta a la demagogia institucional… Un argumento es que ninguno de los candidatos representa los intereses de las grandes mayorías. Piñera es la alternativa de la minoría que manda, para hacerse cada día más rica a costilla de los trabajadores y el pueblo. Frei durante su primer gobierno privatizó el agua, carreteras y puertos, y firmó tratados de libre comercio para tragedia de los que viven de un sueldo y consagrar la dependencia económica de Chile respecto de las empresas gigantes y los Estados del llamado “primer mundo” y entre Piñera y Frei, sólo hay diferencias en el discurso. Ambos responden a intereses antagónicos a los de la mayoría los chilenos y chilenas de a pie.
Con la Concertación no es necesario que gobierne la vieja derecha. Incluso gran parte de los empresarios están más felices con Frei que con Piñera porque tiene apariencia más democrática y puede engañar mejor a la gente.
Otro argumento indesmentible es que hoy, los chilenos y chilenas somos cada vez más pobres; tenemos menos y peores trabajos; la educación y salud decentes son sólo para una minoría que puede pagarlas; la desigualdad campea; y somos más consumistas e infelices en todos los planos.
Bajo los gobiernos de la Concertación (y con Piñera no hay duda de que sería igual) Chile está más contaminado, más privatizado, más inequitativo, más represivo, más discriminador. Las leyes castigan a los trabajadores y al pueblo y sólo protegen la propiedad privada. El estado actual es de asesinatos de mapuches; con una televisión farandulera y sin contenidos; la corrupción se da entre compadres y primos de los que mandan y sus políticos; es de destrucción de la naturaleza para llenar los bolsillos de los dueños de la industria forestal, del agua, la minería y del salmón. Existen increíbles diferencias sociales; la prostitución infantil; el trabajo sin contrato; las coimas y la distancia que hay entre las casitas de Pudahuel y las mansiones de La Dehesa.
Porque en Chile ser pobre o vivir de un sueldo es un castigo peor que el infierno. Endeudarse sólo acarrea más miseria y enfermedades. Hacer un sindicato o tener un empleo digno es más difícil que llegar a la luna en bote. Peor todavía si uno es mapuche, mujer, joven, subcontratado u homosexual.
El único voto útil, es el voto nulo. Por más y mejor trabajo, por más recursos para la salud pública y menos para armas, para terminar con el IVA en los alimentos de primera necesidad y los libros, por una banca y una economía al servicio de todo el país.
Un Chileno pobre o medio pobre, ahí se quedará con Frei o Piñera. Es verdad: en Chile los niños tienen el futuro asegurado, porque es seguro que cuando crezcan tendrán que partirse el alma para vivir, partirse el alma para tener una casa, partirse el alma para educarse, partirse el alma para curarse de cualquier enfermedad.
Pero ninguna situación es eterna, y los trabajadores perderan el miedo y levantaran cabeza, deben crear su propia alternativa política de gobierno. Porque no hay mal que dure, la historia la hacen los pueblos y ya viene siendo hora de poner cara de futuro y que los trabajadores, los pobres con organización se decidan a parar esta chacra y cortarla con esta paciencia, sólo conveniente para los aprovechadores. Y hay que apurarse porque los niños crecen rápido.

Edicion

Las fotografías de campaña y Pavlov




por Ricardo Candia Cares
No debe sentirse muy bien Eduardo Frei cuando ve que muchos de los candidatos a diputados y a senadores de la Concertación, prefieren aparecer en las fotografías no con él, sino con el 80 % de aprobación de la presidenta Bachelet.
O aparecer solos.

En algún momento, algún sesudo creativo de candidaturas, descubrió que los chilenos que votan son del todo estúpidos. Por inexplicables vías secretas llegó a la conclusión que a los ciudadanos de este país les importa bien poco lo que sostengan las ideas de los candidatos a cualquier cosa. Lo que realmente importa es con quien se retrata Fulanito y sale en el afiche.
Una vez en el tacho de la basura las propuestas y programas de concejales, alcaldes, diputados, senadores y presidentes, la medida siguiente fue fotoshopear imágenes fotográficas de manera que en las paletas publicitarias, en la palomas y panfletos, Fulanito aparezca abrazándose con el candidato estrella, con la personalidad en alza o con el paradigma de la popularidad.
El razonamiento de los estrategas debió ser el siguiente: como a la gente que vota le interesan bien poco las ideas que sostienen los candidatos, no es necesario perder el tiempo con síntesis de programas, apuestas valóricas, declaraciones de moral, referencias a la historia. Más bien, los votantes necesitan hacer un ejercicio mucho más práctico.
Si Fulanito, ignoto postulante a alguno de los sillones del poder, sale en una fotografía con Zutanito, famoso por su poder, por su dinero, por su popularidad o por todas las anteriores, por algo será. Será porque tarde o temprano va a tener poder, dinero o popularidad. El inadvertido votante entonces dice: voto por Fulanito.
Desde entonces, miles de fotografías clonadas infinitamente, hacen el milagro de tener a candidatos presidenciales retratados con infinitos candidatos al parlamento y uno que otro a la presidencia. En esos prodigios de la técnica, el candidato a presidente sale en la misma pose en Arica, en La Legua y en Litueche. Pero a quién le importa.

Lo que en realidad importa es que los votantes tengan la reacción que ya había estudiado Pavlov en el siglo 19 y que explica la salivación de un perro ante un determinado estímulo: Fulanito postulante a ganador + Zutanito ganador = Fulanito ganador.
Por este razonamiento, dada la poca frecuencia del candidato de la Concertación en las gigantografías, se puede concluir que éste ya es visto como un perdedor, una mala junta para los efectos de ganar votos. Una especie de jetta que en vez de sumar, resta votos. Eso explica la tendencia a fotografiarse con Michelle, algo más fotogénica y con un respetable 80% de aprobación.
Algunos candidatos a parlamentarios de la Concertación, mezclando una salomónica
y muy chilena política de poner los huevos en varias canastas, pegotean sus fotos entre él y la presidenta. Como si dos fueran más que uno. O, que si no es por uno, que se gane por otro.
Más simple es el caso de los postulantes de la derecha. Todos aparecen con el candidato Sebastián Piñera. A pesar que muchos quisieran hacerlo con Pinochet, y otros, en su fuero íntimo, lo harían de mil amores con la presidenta Michelle.
El caso de Marco Enríquez Ominami también es un fenómeno fotográfico. Inimaginables hasta hace un par de meses, el ex díscolo diputado acompaña ahora a candidatos de los más diversos orígenes, respondiendo al mismo principio.
Sin embargo, el caso de este postulante a macho alfa que tiene complicados a los leones viejos, de dientes postizos y pelajes desgastados de la Concertación, suma un fenómeno inusual: candidatos de la coalición de gobierno quisieran posar con el diputado y/o su señora, pero por pudor, financiamiento o compromiso, no pueden hacerlo. Un secreto bien guardado es la nómina de candidatos oficialistas que se alinean con el candidato Marco.
Finalmente, tenemos el caso de Jorge Arrate. En esta candidatura la cosa es mucho más compleja aún. Algunos de sus candidatos fotografiados, en vivo y en directo con la mismísima presidenta Michelle, que los recibió cariñosamente en La Moneda. Pocos han tenido la fortuna de ser tocados por Su Alteza y de salir en una foto sin necesidad de fotoshop, a la sombra de su histórico porcentaje de aprobación.
En este sector también se extrañan las fotos con Frei. Parece que no fueran del mismo pacto. Se prefieren a personajes históricos: Allende, Marín. Estos caso obedecen al mismo principio: Fulanito ex concertación + Zutanito revolucionario = Fulanito revolucionario. Como si se adquiriera por osmosis tal condición.
Así, las elecciones se han transformado en una pasarela donde lo que menos importa son las ideas. La gracia es sacarse una foto con las personalidades que ofrecen mejor sombra. Esas que hacen salivar a los votantes, esos que levantan el cuello y miran las fotografías.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Viera Gallo miente, todos mienten.


Por Ricardo Candia Cares

Red de Prensa Popular

Para comer pescado el ministro Viera Gallo es probable que guarde el cuidado que el refrán popular advierte. Pero es notorio que para mentir no toma las mismas precauciones. Aunque todos los ministros mienten a diario, algunos tienen desarrollada una papila que les permite pasar inadvertidos, las más de las veces. Otros, se atragantan con sus mentiras, pero, luego de un rato, siguen tan campantes, como si nada

En su convencimiento de que todos los chilenos son estúpidos, Viera Gallo dice que no dijo lo que dijo. Como si nadie pudiera ir al sitio del senado y abrir la sesión Nº 73 del martes 25 de noviembre de 2008 y leer la intervención del ministro, con relación a la Deuda Histórica con los profesores.

Viera Gallo dice que no dijo “…cuando el Gobierno concurrió a dar el aval para que se conformara una Comisión en la Cámara de Diputados, lo hizo porque se reconoce la existencia de dicha deuda y porque se buscará alguna fórmula, dentro de lo que sea económicamente razonable, a fin de resolver ese gravísimo problema”.

Convencido de que la impunidad es democrática y no sólo sirve para que los violadores de los derechos humanos que hoy posan de personas decentes, vivan en paz y tranquilidad, el ministro interpreta sus palabras en una voltereta propia de las pistas circenses, sabiendo que no le va a pasar nada.

El ministro interpreta de lo más bien lo que han sido los gobiernos de la Concertación. De la sola lectura de esos programas de gobierno, se desprenden una sucesión de mentiras con forma de promesas electorales, que se esfumaron una vez que se terciaron sus bandas tricolores los últimos cuatro presidentes.

Amparado en esa impunidad de la mentira, esa pequeña casi salva, han denostado al pueblo mapuche mostrando a los indios como terroristas y bárbaros, permitiendo por omisión y ceguera autoinducida, que la policía y los fiscales monten operaciones de inteligencia para incriminar a sus líderes en actos criminales.

La misma impunidad que luce la ministra de educación cuando miente respecto de las exigencias de los profesores. Haciendo gala de la prepotencia propia de una patrona con su nana, trata mal a los profesores, a los que desprecia sin disimulo. La misma que usa el ministro Velasco para negar mejoramientos en las condiciones salariales a los trabajadores. O la que exhala en sus sonrisas irónicas el ministro de defensa Vidal en sus periódicas salidas de madre y chistes fomes. Y la de Pérez Yoma, del Sheriff Rosende….

La mentira, y su prima hermana la prepotencia, ha hecho escuela en estos veinte años de eterna transición. Bien amparada por esa institución chilena llamada impunidad. En este país una autoridad puede decir una cosa y después, sin que se le mueva un pelo decir lo contrario. Y no le pasa nada. El octavo mandamiento, vale callampa en Chile.

La mentira se ha entronizado de tal manera que resulta un trabajo importante determinar qué es verdad y que no lo es. Da la impresión que la verdad es una mentira contada por un ministro, reproducida por los diarios y por el noticiario de las nueve.

Alguno entenderá que el ejercicio del poder, del tamaño que sea da lo mismo, no puede prescindir de esta transformación de la realidad muchas veces por razones que lo justifican todo. Entre ellas, las famosas razones de estado.

Definida como decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa, la mentira ha pasado a ser parte del paisaje. La verdad, esa incómoda porfiada, pasa susto en boca de las autoridades. Sin embargo, lo que debiera ser motivo suficiente para algún tipo de sanción, es premiada con el silencio cómplice de quienes deberían poner las cosas en su lugar.

Tan terrible como los mandamases mintiendo, es la gleba aceptándolo sin asomo de reacción. Se viene asumiendo como válido y legítimo que una autoridad, pueda desdecirse sin mayores complejos. Si hoy dice blanco, porque de verdad es blanco, mañana dirá que es negro, bueno, porque es mejor que así sea.

Están quedando sólo los niños y los borrachos como admiradores de lo verdadero. El resto, los adultos y abstemios del sistema, según y cómo.