Pasadas las elecciones presidenciales, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria – MIR, declara:
La vuelta de la derecha al gobierno, después de su participación en la dictadura, es el resultado de la frustración y el desengaño de millones de hombres y mujeres que esperaron durante muchos gobiernos concertacionistas que la alegría llegara, pero en cambio, sólo vieron grandes negociados y la continuidad de las injusticias, debido a la administración del proyecto económico dictatorial, que dio a la Constitución del 80 la legitimidad que nunca tuvo.
La mal llamada izquierda, especialmente el Partido Comunista determinado por su compromiso con la Concertación, evitó e incluso imposibilitó la creación de una sólida oposición política y social de izquierda, que recuperara y defendiera los intereses sociales y políticos de los trabajadores y pueblos del país, dejando en manos de la derecha el rol de oposición que les permitió a estos encauzar la frustración y fortalecerse a nivel popular.
Los concertacionistas y sus socios comunistas ya se preparan para ser oposición al gobierno de la derecha, esa misma oposición que durante estos 20 años se necesitó y que nunca quisieron asumir. Ahora estarán dispuestos desde la movilización social y desde el parlamento a volver a ser de izquierda y democráticos. Grandes peligros se ciernen sobre la base popular durante estos años, porque todos los funcionarios que quedarán “sin trabajo” en el gobierno se lanzarán ahora a construir organizaciones sociales y políticas para enfrentar al pinochetismo del nuevo gobierno, instrumentalizando para ello el gran descontento existente en la sociedad.
El Movimiento de Izquierda Revolucionaria - MIR no se confunde frente a los movimientos cosméticos que se producirán en cada partido político o las “nuevas alianzas” que se produzcan como resultado de la derrota electoral. Ni de la derrotada Concertación y sus socios comunistas, ni de entre los “nuevos progresistas”, podrá salir una real alternativa para la resolución de los problemas sociales y políticos de la sociedad chilena. La construcción de un programa político alternativo y fuerza propia es el único camino seguro para avanzar en la democratización plena de la sociedad chilena.
La vuelta de la derecha al gobierno, después de su participación en la dictadura, es el resultado de la frustración y el desengaño de millones de hombres y mujeres que esperaron durante muchos gobiernos concertacionistas que la alegría llegara, pero en cambio, sólo vieron grandes negociados y la continuidad de las injusticias, debido a la administración del proyecto económico dictatorial, que dio a la Constitución del 80 la legitimidad que nunca tuvo.
La mal llamada izquierda, especialmente el Partido Comunista determinado por su compromiso con la Concertación, evitó e incluso imposibilitó la creación de una sólida oposición política y social de izquierda, que recuperara y defendiera los intereses sociales y políticos de los trabajadores y pueblos del país, dejando en manos de la derecha el rol de oposición que les permitió a estos encauzar la frustración y fortalecerse a nivel popular.
Los concertacionistas y sus socios comunistas ya se preparan para ser oposición al gobierno de la derecha, esa misma oposición que durante estos 20 años se necesitó y que nunca quisieron asumir. Ahora estarán dispuestos desde la movilización social y desde el parlamento a volver a ser de izquierda y democráticos. Grandes peligros se ciernen sobre la base popular durante estos años, porque todos los funcionarios que quedarán “sin trabajo” en el gobierno se lanzarán ahora a construir organizaciones sociales y políticas para enfrentar al pinochetismo del nuevo gobierno, instrumentalizando para ello el gran descontento existente en la sociedad.
El Movimiento de Izquierda Revolucionaria - MIR no se confunde frente a los movimientos cosméticos que se producirán en cada partido político o las “nuevas alianzas” que se produzcan como resultado de la derrota electoral. Ni de la derrotada Concertación y sus socios comunistas, ni de entre los “nuevos progresistas”, podrá salir una real alternativa para la resolución de los problemas sociales y políticos de la sociedad chilena. La construcción de un programa político alternativo y fuerza propia es el único camino seguro para avanzar en la democratización plena de la sociedad chilena.
Con Miguel Henriquez en la memoria y en el corazón.
Construiremos un Chile Justo, Democrático, Equitativo, y Socialista
Por una Vida Digna para Todos
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