Las conversaciones de paz en Cuba: Una mirada a la
derrota militar revolucionaria del ELN y las FARC, junto a la inclusión y
participación democrática política, del movimiento guerrillero en el pueblo
colombiano.
Inform@te.com
redacción.cl
Las conversaciones de paz entre el Ejército de Liberación
Nacional (ELN) y el Gobierno de Colombia, liderado por el presidente Gustavo
Petro, han sido un hito significativo en el proceso de construcción de la paz
en el país sudamericano. Estas conversaciones, llevadas a cabo en Cuba, han
logrado resultados importantes tanto en términos del “comienzo sin retroceso de
una era de Paz para el país“ declarado por el Presidente Petro y las exigencias
mínimas para el cese al fuego por parte de la guerrilla.
El término del conflicto que lleva décadas en el país sudamericano,
está sujeto necesariamente a dos premisas mínimas que definen el final o la
continuación de la violencia político militar y están determinadas por las
condiciones en que se produce la capitulación del aparato armado y el inicio de
las conversaciones de Paz. La primera es, partir desde una posición de fuerza favorable
para la guerrilla, que obliga a la negociación por parte del gobierno, o la
otra, partiendo desde la derrota militar del ELN en su proyecto transformador
de la sociedad colombiana.
Ante estás premisas, se suma un tercer sujeto en disputa,
que es el pueblo y las comunidades indígenas, que tanto el gobierno como la
guerrilla, buscan como beneficiario del acuerdo final en La Habana... de ahí
surge la propuesta y exigencia del ELN en la promoción de la participación
democrática del pueblo colombiano, para asegurar y resguardar el proceso de Paz.
En este artículo, analizaremos el impacto de estas
negociaciones en ambos aspectos y su relevancia para la consolidación de la paz
en Colombia.
Derrota militar del proyecto popular de “Revolución Armada”
El ELN, considerado uno de los grupos guerrilleros más
antiguos y grandes de Colombia, ha sido, junto a las FARC y al Ejército
colombiano con sus aparatos paramilitares, responsable de numerosos actos de
violencia y acciones armadas en el país durante décadas. Sin embargo, las
conversaciones de paz en Cuba han marcado un importante punto de inflexión para
esta organización. A través del diálogo y la negociación, el Gobierno de Petro
ha logrado debilitar significativamente las capacidades militares y operativas
del ELN.
El proceso de paz colombiano, en las últimas décadas, ha
implicado la desmovilización y desarme progresivo de los miembros de las FARC
en sus facciones político militar, en otros intentos de acuerdos con las
guerrillas y con el ELN, así como su
reintegración a la sociedad colombiana. Estos avances han contribuido a la
reducción de la violencia y el conflicto en varias regiones del país,
permitiendo a las comunidades vivir en un entorno más seguro y estable. Además,
la derrota de la opción militar de las FARC primero y del ELN ahora, ha
generado una mayor confianza en el proceso de paz y ha abierto oportunidades
para la reconciliación y la construcción de una paz sostenible en Colombia, además
de dejar en una debil posición estratégica la opción militar de la oligarquía guerrerista
y del Estado policial, así como la derrota ideológica del paramilitarismo. La reinserción
política de los guerrilleros de las FARC
EP en el sistema democrático, aún con sus problemas de incumplimiento por parte
del estado en el gobierno anterior y el exterminio sistemático de los líderes sociales
de la guerrilla a manos del narco paramilitarismo, ha contribuido en buscar la
opción pacifica para la solución del conflicto.
Participación y opción democrática del pueblo
Un aspecto fundamental de las conversaciones de paz en Cuba
ha sido la promoción de la participación democrática del pueblo colombiano en
la toma de decisiones relacionadas con el conflicto y la construcción de la
paz. El Gobierno de Petro ha buscado garantizar que las voces de todos los
sectores de la sociedad sean escuchadas y consideradas en el proceso de paz,
fomentando así la inclusión y la legitimidad de las soluciones propuestas.
A través de consultas populares, debates abiertos y espacios
de diálogo, se ha brindado la oportunidad a la ciudadanía de expresar sus
opiniones, inquietudes y propuestas en relación con la paz en Colombia. Esto ha
fortalecido la participación ciudadana en la construcción de políticas públicas
y ha permitido una mayor representatividad en las decisiones que afectan
directamente a la sociedad colombiana.
Además, el Gobierno de Petro ha promovido mecanismos de
justicia transicional que buscan garantizar la rendición de cuentas y la
reparación de las víctimas del conflicto armado. Estos mecanismos, respaldados
por la participación democrática del pueblo, han contribuido a la
reconciliación y a la construcción de una sociedad más justa y equitativa a
pesar de los intentos antidemocráticos para frenar el proceso popular del
gobierno, por parte de la oposición y de la oligarquía colombiana, apoyada por el
imperialismo norteamericano y su constante ingerencismo militarista.
El desafío del gobierno popular
Las conversaciones de paz entre el ELN y el Gobierno de Petro
en Cuba han logrado resultados significativos en términos de la derrota táctica
militar de la guerrilla del ELN y las FARC, que han decidido optar por la
participación democrática del pueblo colombiano. La desmovilización y desarme progresivo
de los aparatos armados, han debilitado a los grupos guerrilleros y al narco
paramilitarismo, generando un entorno algo más seguro y estable en Colombia.
Por otro lado, la participación ciudadana en el proceso de paz ha permitido la
inclusión de diversas voces y perspectivas, fortaleciendo así la legitimidad y
sostenibilidad de las soluciones propuestas.
Aunque el camino hacia la paz completa en Colombia aún
presenta desafíos, las conversaciones de paz en Cuba han sentado las bases para
una sociedad más pacífica, justa y participativa. El compromiso continuo del
Gobierno de Petro y la voluntad de las partes involucradas en el conflicto y la
depuración ideológica del ejército colombiano, son cruciales para consolidar
los avances logrados hasta ahora y avanzar hacia un futuro en el que la
violencia y el conflicto sean cosas del pasado en Colombia. Aún queda mucho por
hacer y el camino será largo y pedregoso, pero el pueblo, por el momento tiene
la palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario