jueves, 18 de agosto de 2011

Perpetuación de la mentira


Piñera miente
Por: Ricardo Candia Cares

“El camino de la violencia nos llevó al quiebre de la democracia”, dijo aludiendo a las movilizaciones que lo tienen jaque, y no se le movió un músculo de su cara dura. Convencido que la gente es estúpida, Piñera intenta manipular los hechos históricos, indesmentibles y trágicos, comprobados por quien tenga un dedo de frente y en los cuales consta que el quiebre de la democracia a la que alude, no fue otra cosa que la conspiración criminal de la derecha en connivencia con el imperialismo norteamericano.

Algunos de sus ministros, muchos de sus parlamentarios y quizás cuantos de sus empelados en el gobierno, fueron cómplices, encubridores o derechamente autores materiales de las innumerables crímenes cometidos después del quiebre del que habla Piñera.

Y muchos, por no decir todos, sus aliados, amigos y colegas empresarios, financistas, oligarcas y latifundistas, fueron quienes alentaron a las Fuerzas Armadas para que traicionaran su juramento de lealtad al gobierno legalmente constituido, y un día martes nublado, aviones de la Fuerza Aérea, y tanques del Ejército, bombardearan La Moneda e inauguraran con esa intervención aleve y cobarde, los largos años de sombra que cubrieron el país.

El glorioso gobierno de la Unidad Popular no fue el que puso las bombas, ni fue el presidente Allende un promotor de la violencia. Fueron los comandos de la ultra derecha y de algunos democratacristianos los que combatieron con saña los logros del gobierno popular, para lo cual no trepidaron en el sabotaje, el atentado y el crimen.

No fueron los partidarios del gobierno popular los que inauguraron dos décadas de represión y crímenes de lesa humanidad condenados por los gobiernos de todo el mundo. Fueron quienes se coludieron con los agentes de la CIA y recibieron de ellos el financiamiento para cubrir los onerosos gastos del vergonzoso paro de los camioneros y el acaparamiento generalizado que dejó a la población a merced del hambre y la necesidad.

Piñera hace como que no sabe que fue la derecha con que gobierna quienes atacaron caminos, oleoductos, plantaciones, puentes, instalaciones productivas y a los partidarios de la Unidad Popular.

Abusando de la impunidad en que quedan las mentiras entre los políticos del sistema, Piñera intenta torcer la verdad de la historia y quiere comparar los esporádicos episodios de violencia que han aparecido en las seductoras movilizaciones de los estudiantes, con la violencia que impuso la derecha criminal los días previos a la asonada traidora y asesina de las Fuerzas Armadas y Carabineros, y los años que vinieron.

Más le vale al Piñera concentrar sus esfuerzos en salir del lío en que lo metió su megalomanía. Estará la derecha lamentándose de haber apoyado a ese colega empresario que no haya qué hacer acosado por los estudiantes. Y dejar sus mentiras para cuando quiera escribir a su amaño, la verdadera historia que hoy protagonizan los estudiantes y su paso limpio y generoso por las grandes alamedas.

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